domingo, 31 de diciembre de 2006

Yo, sigo mueriendo en País





a todos los lectores de este blog, les presento a modo de apología de un homenaje a Cesar Vallejo, el poeta que vencio al dolor.... (y que no se corre)




PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.


Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.


César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro


también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...

martes, 26 de diciembre de 2006

Poesía de Silvia Plath






SOY VERTICAL

Pero preferiría ser horizontal.

No soy un árbol con las raíces en la tierra

absorbiendo minerales y amor maternal

para que cada marzo florezcan las hojas,

ni soy la belleza del jardín

de llamativos colores que atrae exclamaciones de admiración

ignorando que pronto perderá sus pétalos.

Comparado conmigo, un árbol es inmortal

y una flor, aunque no tan alta, es más llamativa,

y quiero la longevidad de uno y la valentía de la otra.

Esta noche, bajo la luz infinitesimal de las estrellas,

los árboles y las flores han derramado sus olores frescos.

Camino entre ellos, pero no se dan cuenta.

A veces pienso que cuando estoy durmiendo

me debo parecer a ellos a la perfección-

oscurecidos ya los pensamientos.

Para mí es más natural estar tendida.

Es entonces cuando el cielo y yo conversamos con libertad,

y así seré útil cuando al fin me tienda:

entonces los árboles podrán tocarme por una vez, y las flores tendrán tiempo para mí.











EL COLOSO

Jamás conseguiré recomponerte del todo,

unir, pegar tus pedazos y juntarlos como es debido.

Rebuzno de mula, gruñido de cerdo y carcajadas obscenas

salen de tus enormes labios.

Esto es peor que un corral.

Acaso te consideras un oráculo,

portavoz de los muertos, o de algún que otro dios.

Llevo treinta años trabajando

para extraer el sedimento de tu garganta.

Sigo sin entenderlo.

Escalera arriba con botes de cola y Lysol

trepo como una hormiga en duelo

por encima de los campos de maleza de tu frente

para reparar las inmensas planicies de tu cráneo y limpiar

los blancos, desnudos túmulos de tus ojos.

Un cielo azul como de la Orestíada

Se arquea por encima de nosotros. Oh padre, tan solo como estás

eres hondo y denso en la historia como el foro romano.

Abro mi almuerzo sobre una colina de cipreses negros.

Tus huesos aflautados y tu pelo de acanto desbordan

su antigua anarquía hasta la línea del horizonte.

Haría falta más de un rayo

para crear una ruina así.

De noche me acurruco en la cornucopia

de tu oreja izquierda, al abrigo del viento,

y cuento las estrellas rojas, y las de color ciruela.

El sol sale bajo la columna de tu lengua.

Mis horas abrazan la sombra.

Ya no atiendo al encallar de las quillas

en las piedras desnudas del embarcadero.












QUIERO, QUIERO

Boquiabierto, el diosecillo

inmenso, calvo, a pesar de su infantil cabeza,

pedía a gritos el pecho de su madre.

Los volcanes secos se cuarteaban y escupían.

La arena abrasaba los labios sin leche.

Pidió entonces la sangre del padre,

que puso a trabajar avispa, lobo y tiburón,

e ingenió el pico del alcatraz.

Con los ojos secos, el patriarca inveterado

levantó sus hombros de pellejo y huesos,

púas en la corona de dorado alambre,

espinas en el tallo de la rosa sangrienta.









EL ESPEJO

Soy de plata y exacto. No tengo prejuicios.

Todo lo que veo lo trago de inmediato

tal y como es, sin la turbiedad del amor o de la antipatía.

No soy cruel, sólo veraz-

El ojo de un diosecillo, con cuatro esquinas.

La mayor parte del tiempo medito sobre la pared de enfrente.

Es rosada, con manchas. La he mirado tanto

que creo que forma parte de mi corazón. Pero se mueve.

Caras y oscuridad nos separan una y otra vez.



Ahora soy un lago. Una mujer se asoma sobre mí,

buscando en mi extensión lo que ella es en realidad.

Luego se vuelve hacia esas embusteras, las velas o la luna.

Veo su espalda y la reflejo con fidelidad.

Me recompensa con lágrimas y gesticula con las manos.

Soy importante para ella. Viene y va.

Cada mañana es su cara lo que sucede a la oscuridad.

En mí ha ahogado a una muchacha, y desde mi una mujer mayor

se eleva hacia ella día tras día, como un pez terrible.




PLATH, Sylvia: (USA, 1932 – 1963) Una de las voces clave de la poesía del siglo XX. Desde muy joven publicaba sus poemas y relatos en diversas revistas. Publicó el libro de poemas “El Coloso”, y la novela autobiográfica “La campana de cristal”. Tras su muerte, por suicidio, aparecieron: “Ariel” y “Cruzando el agua”.

lunes, 25 de diciembre de 2006

González Vigil y el Recuento del Año









Hoy en Luces de El Comercio aparece el acostumbrado recuento de publicaciones del año a cargo de Ricardo González Vigil. A continuación posteo lo ítems más esperados, Novela y Poesía.

“NOVELA"

Una nueva obra maestra de Mario Vargas Llosa, una de las más admirables (destaquemos su hondura psicológica y humana calidez) de su formidable producción: "Travesuras de la niña mala" (Alfaguara).

De otro lado, concitó la atención general la galardonada "Abril rojo", del muy talentoso Santiago Roncagliolo (Alfaguara): y apareció la primera edición peruana de una joya de Fernando Iwasaki: "Libro de mal amor" (Alfaguara). Cabe añadir la eficacia narrativa de "Los papeles de Damasco", de Jorge Salazar, "La segunda visita de William Burroughs", de Carlos Calderón Fajardo, "Puta linda", de Fernando Ampuero, "El regreso de la trapecista", de Óscar Málaga, "Manual de pistola automática", de Juan Carlos Mústiga, "El círculo de los escritores asesinos", de Diego Trelles Paz, "Rito de paso", de Víctor Coral, "El primer invierno de Diana Frenzy", de Paul Alonso, "En la orilla oscura", de Elsa Vértiz y "Hotel Lima", de Miguel Ildefonso.

Novela corta: "Perros héroes" de Mario Bellatín (Matalamanga) y "La sinfonía de Eva" de Teresa Ornano de Costa (Mondadori).






POESIA

Obra reunida: La esperada edición de conjunto del excelente vanguardista Xavier Abril: "Poesía soñada", a cargo de Marco Martos (U. San Marcos). Una nueva recopilación del notable posvanguardista Luis Valle Goicochea: "La pared torcida (Poesía completa)", edición de Jorge Eslava (U. Alas Peruanas). De otro lado, Róger Santiváñez y José Morales Saravia, dos de las voces más singulares de los años 70, reunieron sus aventuras creadoras: "Dolores Morales de Santiváñez" (Hipocampo y Asalto al Cielo) y "Oceánidas" (San Marcos), respectivamente.
Nuevos poemarios: Fecunda cosecha de poetas consagrados: "Hospital", poemario póstumo --escrito al borde de la muerte-- de Pablo Guevara (San Marcos); "Nudo Borromeo y otros poemas perdidos y encontrados", de Rodolfo Hinostroza (Lustra) y "Aunque es de noche", de Marco Martos (Hipocampo).

Resulta más contundente la contribución de autores surgidos en los años 70: "Banderas detrás de la niebla", de José Watanabe (Peisa), quien goza de un reconocimiento internacional de primer orden; "Simulación de la máscara", de Tulio Mora (Hora Zero), gran intérprete del Perú profundo; "Geografía inútil", impecables acuarelas-iluminaciones de Luis La Hoz (Estruendomudo); y "Vinilo", un intenso homenaje rockero de Enrique Sánchez Hernani (Fauno). Mención aparte reclama Cronwell Jara, consagrado narrador con poemas en revistas de los años 70, que este año publicó un poemario potentísimo, casi sísmico: "Manifiesto del ocio" (San Marcos).

De las hornadas siguientes, elogiemos la madurez expresiva de "Pez", de Mariela Dreyfus (Santo Oficio), "No tengo ruiseñores en el dedo", de Eduardo Chirinos (Pre-Textos), "Estados Unidos Celestes", de José Pancorvo (Hipocampo) y "Ludy D", de Roxana Crisólogo (Flora Tristán). Y, entre las nuevas voces: "Las falsas actitudes del agua", de Andre Cabel (Municipalidad de Lima), "Octubre", de Manuel Fernández (Estruendomudo) y "Tiempo de veda", de José Carlos Picón (Manofalsa Controlquirográfico).

Anotemos, además que obsequiaron textos valiosos César Toro Montalvo, Winston Orrillo, Catalina Bustamante, Lorenzo Helguero, Miguel Ángel Zapata, Richard Cacchione, Gustavo Armijos, Gloria Mendoza y Erika Almenara.

Antologías: "Poetas peruanas", de José Beltrán Peña (San Marcos); "En el coto de la mente", de Carlos Germán Belli (Santiago de Chile, Edt. Universitaria); "Sueños al canto", de Manuel Pantigoso (Ikono) y "Pastor de perros", de Domingo de Ramos (Estruendomudo)”.




martes, 19 de diciembre de 2006

Éxito literario: sus reglas




Por Pedro GandolfoEl Mercurio,

Sábado 20 de Mayo de 2006






Independientemente del valor de su obra, que puede ser muy buena, un escritor chileno tiene hoy escasas posibilidades de ser exitoso, a menos que cumpla algunas reglas exteriores a la misma, reglas que, de acuerdo con mi experiencia, resumo en las siguientes:

1.- Gozar o haber gozado de una beca de residencia, haber participado en un seminario o, en el mejor escenario, hacer clases en un departamento de literatura hispanoamericana de
alguna importante universidad de Estados Unidos. Es paradójica esta suerte de "neocolonialismo", ejercido a través de una validación académica; no por paradójica menos potente.

2.- Establecer algún nexo cualquiera con la vida u obra de Roberto Bolaño. Admirando a este notable escritor, no alcanzo a comprender el efecto mágico que suscita su proximidad; pero he visto, en varios, una conversión urgente, desesperada y postuma a su ya casi religión.

3.- Ser amigo de escritores tales como Enrique Vila-Matas, Juan Villoro, Ricardo Piglia o Javier Cercas, por ejemplo. La amistad es preciso entenderla en un sentido laxo: se trata tan sólo de ser conocido por ellos, de participar juntos en ferias o congresos exclusivos, alojarse en el mismo hotel. Sentirse parte de "un cogollito". En lo posible, en las columnas de opinión de que se dispone, esta "amistad" se manifiesta en un nombrarse mutuamente unos a otros, como al pasar, con asiduidad, familiaridad y beneplácito. El éxito literario es un tren: hay que encaramarse de algún modo a él, y saber quiénes hacen de locomotoras.

4.- Los premios, aunque su prestigio pueda haber decaído, siguen siendo una palanca fundamental; sobre todo si se trata de los premios "Jorge Herralde", "Biblioteca Breve", de editorial Seix Barral, o el "Planeta". Ahora, parece que también habrá que añadir el "Premio Tusquet" de novela a los más codiciables: en su primera versión, con un jurado impecable, declaró desierto el galardón.

5.- El aura de la modernidad. Percibo que si, en lo formal o en el contenido, no se adoptan recursos provenientes del cine, del rock, de internet, de la ciencia (clonación, por ejemplo), las probabilidades de éxito son muy menores. Aunque sean meros guiños, mi consejo sería elaborar esa línea.

Quizá esta última regla sea la única lamentable en el fondo. El reconocimiento es algo legítimo y necesario en el mundo de las letras. Incluso el éxito medido tan sólo por las tiradas vendidas, y la popularidad no tiene nada repudiable. El problema se hace agudo, sin embargo, cuando estas reglas para alcanzarlo deforman el contenido y deterioran la calidad de la obra.

Poemas de Alejandra Pizarnik





Las Palabras aún conservan una voz encerrada en la abstracción y la belleza.





LA ÚLTIMA INOCENCIA

Partir
en cuerpo y alma
partir.

Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.

He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más fila para morir.

He de partir

Pero arremete ¡viajera!




LA JAULA

Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé de la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.






EXILIO

...................a Raúl Gustavo Aguirre


Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.

¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?

Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ámgeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.

jueves, 14 de diciembre de 2006

Antonio Cisneros



Entonces en las aguas de Cochán
(Verano 1978)





Entonces en las aguas de Conchán ancló una gran ballena.
Era azul cuando el cielo azulaba y negra con la niebla.
Y era azul.
Hay quien la vio venida desde el Norte (donde dicen que hay muchas).
Hay quien la vio venida desde el Sur (donde hiela y habitan los leones).
Otros dicen que solita brotó como los hongos o las hojas de ruda.
Quienes esto repiten son las gentes de Villa El Salvador,
pobres entre los pobres.
Creciendo todos tras las blancas colinas y en la arena:
Gentes como arenales en arenal.
(Sólo saben el mar cuando está bravo y se huele en el viento).
El viento que revuelve el lomo azul de la ballena muerta.
Islote de aluminio bajo el sol.
La que vino del Norte y del Sur
y solita brotó de las corrientes.
La gran ballena muerta.
Las autoridades temen por las aguas:
la peste azul entre las playas de Conchán.
La gran ballena muerta.
(Las autoridaddes protegen la salud del veraneante).
Muy pronto la ballena ha de podrirse como un higo maduro en el verano.
La peste es, por decir,
40 reses pudriéndose en el mar
(ó 200 ovejas ó 1000 perros).
Las autoridades no saben cómo huir de tanta carne muerta.
Los veraneantes se guardan de la peste que empieza en las malaguas de la arena mojada.
En los arenales de Villa El Salvador las gentes no reposan.
Sabido es por los pobres de los pobres
que atrás de las colinas flota una isla de carne aún sin dueño.
Y llegado el crepúsculo
no del océano sino del arenal
se afilan los mejores cuchillos de cocina y el haca del maestro carnicero.
Asi fueron armados los pocos nadadores de Villa El Salvador.
Y a medianoche luchaban con los pozos donde espuman las olas.
La gran ballena flotaba hermosa aún entre los tumbos helados.
Hermosa todavía.
Sea su carne destinada a 10000 bocas.
Sea techo su piel de 100 moradas.
Sea su aceite luz para las noches
y todas las frituras del verano.






en La crónica del niño Jesús de Chilca
(1981)



Antonio cisneros

Entrevista a Raúl Zurita




Entrevista a Raúl Zurita Por Ana María Falconí



En Santiago de Chile en la calle Pedro Valdivia del lado norte, casi esquina con Providencia, queda el Cafetto, un café anclado en el Hotel Orly; aquí nos encontramos con el poeta chileno Raúl Zurita, quien responde, además de mis preguntas, las de seis poetas peruanos, las que especialmente llevé en mi maleta para esta charla.
- Rossella di Paolo: ¿Qué puedes decirnos acerca de la relación entre gesto y palabra en tu/la poesía? ¿Has sentido la influencia de Jorge Eduardo Eielson en este aspecto y en el de la plástica?- El Gesto y la Palabra yo la entiendo un poco así: o sea que es una vieja batalla invencible en la cual somos eternamente derrotados; es la relación arte-vida; la única obra de arte que finalmente merece la pena ser contemplada, ser abrazada, ser amada, es la que entiende a la vida de cada uno como una obra de arte. Entonces, Gesto-Palabra no son sino formas todas de apuntar hacia horizontes donde la poesía deja de ser necesaria porque cada segundo de la vida desde las cosas más simples como tomarse un café, por ejemplo, hasta las operaciones mentales más complejas, como resolver una ecuación diferencial de quinto grado, todo pasa a ser un acto creativo. Entonces siempre el sueño es un mundo y un universo donde el poema cesa. Cesa porque, como digo, cada vida pasaría a ser la más grande obra de arte cada segundo, la más grande sinfonía, el más grande poema, las más grandes obras de teatro, el más grande mural. Entonces, en la obra, entre Palabra-Gesto las diferencias son solamente casi ritualísticas; son diferencias conceptuales pero que nos ponen enzarzados en la vida. Yo entiendo que lo importante, en última instancia, no es la obra en sí sino lo que hay entre obra y obra. Es decir, tu haces un poema y en dos meses más haces otro y esos poemas son como los letreros que hay en un camino; te dicen, Tacna a tantos kilómetros, Arequipa a tantos otros, desvíese por allá y va a llegar a Ica. En fin, es como los poemas o las obras de arte; pero lo importante es el camino, el camino que hay entre Tacna y Lima, el camino que hay entre Lima y Arequipa. Lo importante son los trayectos de vida concretos, la vida segundo a segundo; esa es la obra de arte. Todos los poemas, todo desde El juicio final de Miguel Ángel hasta el último poema de Whitman o de Eielson o de Belli es como si estuvieran diciendo no te fijes en mí, en esa obra que somos sino fíjate en lo que está afuera de nosotros. Esa es la obra por construir, no este poema.Eielson a mí me impactó mucho pero fue por una novela que se llamaba El Cuerpo de Giulia-no, que era Giulia-ano o Giulia-no, y realmente eso influyó en Severo Sarduy, a todos creo que trajo un cambio muy profundo, muy radical en la ampliación de los universos que estaban considerados dentro de la literatura. Ahora, su poesía la admiré y la vi de lejos hasta que yo estuve en Italia; entonces allí conocí sus instalaciones, conocí, por así decirlo, su obra visual. El vivía en Milán; yo estuve cinco años en Roma, y nos vimos varias veces. Y junto con tener una enorme admiración a su obra, siento que eran como caminos paralelos. El era más conceptual, más lúdico y al mismo tiempo tenía una distancia física con el Perú. Tremendamente fuerte. Una distancia elegida, por así decirlo, incluso una vez hablamos sobre los valsecitos peruanos, que a mí me encantan, y Eielson los detestaba, los odiaba. Me decía cómo te pueden gustar esas cosas, y yo le decía a mí me encantan. Entonces creo que era un artista, un poeta completísimo, brillante, casi renacentista, pero que su acento era fundamentalmente conceptual y de paisajes que estaban en el trasfondo, el desierto, sus nudos, sus cuerdas, obras, poemas que se fundían en una sola con su poesía; pero creo sentir que teníamos, por así decirlo, aproximaciones distintas, y que, por supuesto, coincidíamos en lo visual, en lo gestual; pero era de ángulos muy distintos. Aunque si hubiéramos sido parecidos no lo hubiera admirado.
- Carlos López Degregori: Desde tus primeros libros aparecidos a fines de los setenta (Purgatorio, Antiparaíso), tu poesía ha formado un proyecto unitario. ¿Qué lugar ocupa en ese proyecto tu último libro INRI?- Por favor, con todas las reservas y todas las dudas lo entiendo dentro de un solo movimiento, dentro de un solo "golpe" de inspiración. Estas obras van surgiendo, por supuesto no podrían estar previstas antes, ni planificadas, ni nada; simplemente algo que surge y surge en una circunstancia súper concreta que es el reconocimiento de que cientos de miles de cuerpos jamás van a ser encontrados porque fueron arrojados al mar, y que transforma, por lo tanto, todos los paisajes de Chile en un cementerio. O sea tú ves una playa y sabes ya que no es lo mismo, que estos paisajes le otorgaron a cientos de miles de personas una vida que los hombres jamás se la dieron. La piedad de los paisajes. Ahora, esto forma parte de algo en lo que estoy empeñado, quisiera que algún día definitivamente coincidiera. Tengo 56 años, el viejo tema es la atención hacia la muerte, saber que finalmente el epílogo de todo lo que puedas hacer son probablemente los poemas más fabulosos, las instalaciones más increíbles, como dibujar sobre el cielo el rostro de todo lo que has querido, con aviones y cientos de aviones, y tú sabes que tú, solamente tú lo habrás visto y que las más fabulosas obras van a morir contigo cuando tú te mueras, es más o menos emocionante, es como decir escribir pero al mismo tiempo, la vida, lo que no trasmites, lo que guardas para ti, lo que solamente ves en los sueños, lo que no podrás nunca nunca decirle a otro, forman parte de esta especie de sinfónica general en que uno lo único que hace es ser igual que cualquier otro ser humano, porque todos los seres humanos tienen imágenes fabulosas, novelas increíbles, poemas alucinantes; no solamente ellos lo miran, no solamente ellos lo ven, entonces cómo incorporar, cómo hacer patente esa marca de todo aquello que no está dicho en los poemas, de todo aquello que no está dicho en la obra, que no está dicho en los libros, y que sin embargo, es la base y el sustrato de fondo de todo lo que puedas decir, y en ese sentido persiste un proyecto unitario. De hecho, hace veinte años sigo trabajando en algo que alguna vez se llamó La vida nueva, y que ahora ya no creo que se llame así; pero lo importante es lo que queda afuera, apuntar hacia lo que está afuera, hacia aquello que va a morir contigo; decir todo ser humano ha visto las más fabulosas obras y morirán cuando él se muera y eso es emocionante e impresionante.
- Carlos López Degregori: Tú conoces bastante la poesía peruana y hasta has hecho una antología con Maurizio Medo. ¿Qué afinidades y diferencias encuentras entre la poesía peruana y la chilena?- Se dice que la única patria del poeta es el idioma, eran las típicas afirmaciones de Paz, pero siempre me pareció una definición pretenciosa y algo arrogante. No, yo creo que es más bien al contrario, que todo es patria para un poeta menos la lengua. La lengua es el territorio de la expulsión, somos exiliados de la lengua y me parece que en la poesía latinoamericana es así. La sensación como lector, pero es una sensación básica, casi de piel, es que la poesía peruana es más profunda y la chilena es más amplia. Es lo que marca la diferencia de Vallejo con Neruda y Huidobro. Siento que en general los poetas peruanos tienen una relación más torturada con las palabras, más desgarradora y que los poetas chilenos tienen una ambición artística más radical. Pero todas estas consideraciones se suspenden cuando uno ve el radical quiebre de Trilce de Vallejo, su reivención de la lengua, su vuelo y contrariamente ve la profundidad de las Residencias de Neruda.
- Domingo de Ramos: Una vuelta a la tradición oral, reelaborándola ante nuestro tiempo, en las poéticas de América Latina, ¿sería viable o el mundo globalizado la truncaría o sería como decía MVLL una utopía arcaica?- Siento que hay un regreso a la oralidad impresionante y que el internet, la red, el chat, es la forma con que la oralidad se cobra venganza de la escritura. Todas las formas electrónicas, por así llamarlas, que ocupa el lenguaje están mucho más cerca del sonido de la calle, de la plaza, del ruido de las conversaciones que de la inmovilidad y rigidez del libro. Los resultados son impredecibles, lo único que podemos saber que si ello representará un mundo más feliz será solo el resultado de una lucha agónica, de una batalla en los límites mismos de la sobrevivencia. La civilización de la escritura ha sido la cultura más violenta que registra la tierra. El libro ha sido el gran sarcófago de esa muerte y de esa violencia. Ojalá que el fin de la escritura sea el preanuncio de algo infinitamente más bello, más amplio, más generoso, pero no podemos saberlo.
- César Panduro: ¿Cuál es tu opinión sobre los premios de poesía y la aparición de poetas "oficiales" en los textos escolares?- No sé cómo será en el Perú, pero en Chile los libros escolares tienen una persistencia casi heroica, casi conmovedora, por incluir los poemas más malos del mundo.
- Carlos López Degregori: ¿No sientes que es un obstáculo para la creación y la búsqueda poética, el haberte convertido en el poeta canónico y hasta cierto punto "oficial" de Chile?- Yo creo que son caricaturas. Yo dudo que haya vivido en Chile un poeta más solo que yo y con menos poder que yo. Entonces decir a alguien “poeta canónico” y "poeta oficial" son formas de machacarnos. Nada más. Entonces mi experiencia ojalá fuera un poquito oficial. Todo lo que he querido hacer no lo he podido hacer. Estoy absolutamente al margen de todas las estructuras de poder, políticas, y por el contrario es totalmente distinta. Es la sensación de no haber salido nunca del purgatorio. De estar absolutamente y radicalmente al margen.
- Alessandra Tenorio: ¿Crees que hay una nueva generación de poetas jóvenes a nivel hispanoamericano o aún no han surgido voces independientes que estén alejadas de la tradición?No solo creo que ha surgido una nueva generación sino que eso es lo más importante que ha sucedido en poesía en los últimos 30 años; y por supuesto, está la poesía escrita por mujeres. Podríamos nombrar a tantas personas jóvenes pero creo que más allá de nuestra buena voluntad o decir, ah qué bueno que escriban los jóvenes, es impresionante, es de una fuerza que yo la comparo generacionalmente con lo que sucedió en la poesía en castellano cuando irrumpieron prácticamente simultáneamente Vallejo, Neruda, Huidobro, Gabriela Mistral y Pablo de Roca, es tan fuerte como eso. Creo que poetas como Héctor Hernández Montecinos o Paula Ilabaca, por nombrarte los chilenos, o un poco mayores que ellos como Javier Bello y Germán Carrasco. Pero a nivel hispanoamericano en el Perú, incluso en México, está emergiendo una poesía de una fuerza, de una contundencia, escrita por hombres, por mujeres indistintamente y a mí me da esperanza, pero no una esperanza por el arte porque el arte al final no es importante, sino me da una esperanza porque está emergiendo una mirada profundamente crítica de las sociedades de las que han surgido. La poesía chilena joven de autores menores de 25 está haciendo ver un país que es todo lo contrario de la imagen oficial y bonita que se tiene de Chile; ellos están mostrando el sustrato de violencia, de horror de un país surgido de la dictadura y de la tortura, eso nos está mostrando la poesía latinoamericana, los estratos más profundos de nuestras sociedades; eso no lo muestra ni la narrativa, ni los nuevos narradores que por razones incluso de mercado pueden ser bastante más complacientes. Es mucho más que decir, "¡qué bueno, están saliendo nuevos poetas!", "¡Qué bueno, la poesía no está muerta!", es mucho más que eso; la poesía puede morirse un millón de veces, no importa, lo que importa son las visiones alucinadas y profundamente críticas que están surgiendo para poder encontrar tal vez las señas de nuevas esperanzas.
- Cecilia Podestá: ¿Cómo definirías el medio en el que estás creando?- Si te refieres al medio social, lo defino como una mierda, en otros son discutibles (risas).
- Ana María Falconí: Me viene a la mente el poema de una poeta polaca Wislava Symborska que dice que en la prosa puede haber poesía; pero que en la poesía solo puede haber poesía. Ahora que la poesía es muy narrativa, ¿cuánto de narrativa puede tener la poesía para que siga siendo poesía?- Yo no sé si el Ulises de Joyce es un poema o una novela; deja de importar si El juicio final de Miguel Ángel es un cuadro o un canto épico. No importan las clasificaciones. Creo que llevada a sus extremos toda obra de arte es finalmente poesía, y en ese sentido hay tres, diez, veinte novelas que son también poemas. ¿Qué es más poema los Cantares de Pound o Finnegans Wake de Joyce? No lo sé. Entonces me cuesta hacer esas distinciones cuando las obras están llevadas a sus extremos y con consecuencias máximas. Se dice que la diferencia entre poesía y prosa es que la poesía gasta un galón de gasolina por metro y la prosa gasta un litro de gasolina cada cuarenta kilómetros; es un asunto de intensidad.
- AMF: Tu poesía tiene un tono épico pero, a su vez, maneja un registro lírico finísimo. ¿Crees que el poeta busca el tema o el tema busca al poeta?- Planteado de esa manera creo que el tema lo busca. Cada vez tengo más dudas sobre realmente quién escribe; quién se toma la voz cuando escribe. Cada vez me es más problemático sobre quién realmente escribe: ¿Quién? La gran respuesta de los griegos era la musa. Esa es la respuesta que me parece divertida pero no ha sido superada. No sabemos realmente quién escribe; no sabemos quién fue ese tal Pound; yo tampoco sé quién es ese tal Zurita, lo desconozco, me sorprende, no soy consciente de lo que allí aparece, soy consciente de cosas muy pequeñas, de una cierta voluntad, de una cierta disposición pero cada vez tengo más dudas sobre la idea del autor de la obra, y no creo por lo tanto en el plagio; hay que atentar contra todo concepto de propiedad; partiendo por el concepto de propiedad intelectual; hay que romper con eso porque si es toda la muestra de nuestra infelicidad y la parcialidad de la vida, entonces dudo mucho si yo soy el autor de la obra; lo dudo como un ser humano, lo dudo como alguien que te habla en este minuto...
-AMF: ¿Casi como una esquizofrenia?- No, de pronto como de un pozo, emergen palabras; es como si uno prestara su cuerpo, su voluntad para ser ocupados. Pero esas voces no los conocen todavía porque sino la creación artística no tendría ninguna sorpresa.
-AMF: Es como decir "si yo fuera yo". ¿Hay varios yo o eres tú en el fondo?-Yo creo que la Poesía elige; si uno se cree dueño, puede tener consecuencias terribles, puede significar el abandono, sino que lo diga Rimbaud. Rimbaud fue prácticamente arrasado por el poema a los 15 años; radicalmente ocupado, y de pronto ya no, no eres dueño de eso, es algo que te habla, se te manifiesta y que curiosamente en esa multiplicidad de goce da cuenta del mundo mucho más que de tu persona. El poeta es como un filtro, pero no es más que eso. Si no está la disposición, si no está la voluntad de estar dispuesto a ser ocupado, tu participación no es más que eso. ¿Quién es Homero? ¿Qué es Pound? Es una ocasión para que el mundo se revele más profundamente y más iluminadamente.
- AMF: ¿Qué dosis de corazón y de razón debe recibir un poema?- Yo creo que tiene que ser al máximo la razón, la frialdad; porque de todas maneras eso que algunos llaman el inconsciente va a ser lo que quiera ganar. Entonces en esos pequeños ámbitos de dominio, la frialdad y la razón va a ser muy poca.
- AMF: ¿Qué se siente haber recibido el premio Casa de las Américas?- Me alegró porque siento que lo daban los míos.
- AMF: ¿Qué opinas de Cuba?- Cuba ha dado una lucha heroica por la dignidad, por el no someterse a la fuerza; y eso ha tenido también costos altísimos; entonces no soy un "condena Cuba" para nada; para los pobres de Latinoamérica Cuba sería el paraíso.
- AMF: Y ¿qué opinas del Perú?- El Perú es un país muy entrañable; es un país más profundo que el mío; es más vasto. Un país que produce una gran poesía. Lo que lamento del Perú, y lo lamento de tantos países latinoamericanos, es su absoluta desigualdad; y en general la incapacidad de sus clases pudientes por entender el sufrimiento y la marginación. Creo que el máximo reflejo de esto viene de un autor extraordinario, pero que lo muestra tan bien a pesar de él, que es Mario Vargas Llosa. Vargas Llosa refleja la profunda incomprensión de las clases ricas y privilegiadas peruanas por entender la miseria que tienen al lado. Me es un país extremadamente querido en el que de verdad tengo grandes amigos, más amigos que acá; y soy un admirador incondicional de su poesía, literatura y de su arte desde Garcilaso.
- AMF: ¿Cuál es tu vals preferido?Me gusta mucho el famoso "déjame que te cuente limeño" y "ódiame por piedad yo te lo pido", son maravillosos. "Vuela mariposa del amor, juguete del destino, hoy te toca reír a ti, mañana a mí (...) sueñas que eres muy hermosa vives engañada, no tienes corazón tu amor no vale nada" (risas). Y además, "qué vale más tu débil hermosura, acuérdate que dentro de la fosa vestiremos la misma vestidura" y eso es Manrique en las Coplas a la Muerte de su Padre, entonces en ellas están recogiendo toda la tradición de la poesía española. Es impresionante.



En la foto: Raúl Zurita (fotografiado por Navale Quiroz).

A Un Poeta


Este poema pertenece al recientemente desaparecido poeta Jorge Eduardo Eielson, peruano (1924-2006), un artista profundo que dirigió la creación a una libertad superior a la palabra escrita....



Kodama: “Libro de Bioy es una felonía”

María Kodama, la viuda de Borges.


•• La viuda de Borges calificó así diarios de Bioy Casares, amigo del autor de El Aleph.
Sevilla. España. EFE.

María Kodama, la viuda de Borges.La viuda del escritor argentino Jorge Luis Borges, María Kodama, calificó de "felonía" el libro que recoge los diarios del escritor Adolfo Bioy Casares, que contienen intimidades del que fuera su marido.
El libro Borges recoge las más de 1.600 páginas que Bioy Casares (1914-1999), también argentino, escribió a lo largo de medio siglo sobre sus conversaciones con Borges (1899-1986), su amigo, a quien conoció en 1931. Kodama dijo que "cuando uno tiene un amigo tiende a bajar la guardia" y consideró que Bioy actuó "con una gran frialdad" después de una amistad de varios lustros. Además, señaló que se siente "satisfecha" con todos los homenajes a Borges por el vigésimo aniversario de su muerte.

El dato
LIBRO. Borges es un texto que Bioy empezó en 1997 con Daniel Martino, su albacea, a partir de sus agendas en que anotó detalles de la vida cotidiana de Borges, sus amores, manías o preocupaciones.

domingo, 3 de diciembre de 2006

Un Regreso poético a la Infancia




Escribe Paolo Astorga



“Decir la infancia es reconciliarse con aquellas voces que dejaron de ser nuestras, las más amadas, y acceder a una zona de continuo fragmentada que, otra vez exige ser nombrada”. Así nos dice la contraportada del libro de poemas “Libro de Daniel” (Jaime Campodonico/ Editor 1995), perteneciente al Vate Javier Gálvez Zuloeta (Chiclayo-Perú, 1966).

En este breve libro, que dicho sea de paso fue ganador de los juegos florales de la Universidad Mayor de San Marcos (1995), tenemos que rescatar la intensidad y frescura que nos transmite a través de sus imágenes nostálgicas y a la vez su apología referencial a la obra de Homero “la Odisea”, esto, además de su fineza verbal que nos transporta a la cotideanidad y a la sencillez de una infancia que para muchos puede parecer tan entrañable como lejana.

Dividido en tres partes, el poemario nos va llevando a un viaje interior de recuerdos y citas con nuestro pasado. Fija en nosotros las eternas imágenes del mar. Un mar donde perdernos, donde encontrar cierta verdad en torno a nuestra esencia, hasta fijarla, entenderla y comprender, que hemos crecido y que ahora el sonido de una ola o la sencillez de una caracola, no nos desconcierta. Pero es la mar también un signo, un final que nos mueve a identificarnos con su inmensidad e impone nuevamente una recreación de nuestra propia infancia, tomándonos de esta imagen hasta rescatar nuestra niñez.
Pero no sólo habla de nostalgia o tiempos que por su peso ya pasaron, sino, nos invita a encontrarnos en cada palabra, en cada matiz que logra tomar los ambientes, nos incita apropiarnos de esa realidad y nacer otra vez en ese verbo, del rumor de las acequias, las garzas o las abejas que poblaron alguna vez nuestra infancia.
Javier Gálvez, no sólo nos vuelve a inventar una situación pasada, vuelve con nosotros y toma la esencia colectiva de una niñez, que ronda y ronda por nuestros corazones, esperando salir a flote y hacernos contemplar, no lo perdido, ni mucho menos aquello que nos desconcertó, sino, él nos quiere dejar en claro que, en el fondo, nunca entenderemos cuál trascendente fue la esta etapa en nuestras efímeras vidas.

Aquí un fragmento:




Si la mar existe olvida, pues, el polvo acumulado en los estuarios y la paciencia astuta de los ciegos mientras duras.
Ya no temas la ceniza al despertar. Hay quienes, imitando
las mareas, fijan el secreto del transcurso en la ceniza
y vuelven a esperar. Pues donde está la mar está el Umbral.
Y es ese rumor de cuernos blancos, creados de repente en las orillas, para que puedas despertar.

jueves, 30 de noviembre de 2006

REVISTA REMOLINOS No.18




Acaba de salir a la luz la nueva edición de la revista literaria Remolinos en su edición número 18. Esta revista que en sus principios fue un boletín, nos da una muestra de renovación sobretodo en el exquisito contenido y la calidad de los colaboradores.
Iniciando esta colaboración con una portada suburbana, la revista cierra el año con una gran convicción por seguir las sendas expresivas y ser en consecuencia, un punto de encuentro creativo y neutral, para la expresión del arte literario y cultural sin distinción y de alta calidad que mes a mes le ofrecemos a través de la selva virtual llamada Internet.
La editorial en esta ocasión, toca el tema de “El temor a la abstracción en las palabras” y toma como referencia a Alejandra Pizarnik, poeta argentina que puso de manifiesto este enunciado.
Más adelante encontramos también las clásicas secciones como poesía, la cual reúne este mes a una selecta legión de poetas de toda Latinoamérica y con la gran intervención de jóvenes bardos, que nos harán conocer sus expresiones. En narrativa, tenemos el agrado de presentar a escritores de gran calidad en una amalgama de estilos y temas que se van desdeñando ante los ojos del lector internauta que disfruta este momento placentero de la mano de esta publicación.
En la sección Entrevistas, tenemos la oportunidad de presentar a 5 poetas, los cuales responderán a nuestras preguntas, dando a conocer un poco más su trabajo literario.
En la sección de crítica literaria, tenemos el agrado de presentar tres artículos: “El hombre que exhibía El Cairo” de Antonio Cózar Santiago, también el interesante ensayo de Jorge Carrasco “La mujer en la obra de Borges y Neruda” y para terminar, Ramón E. Azócar A. Nos presenta el ensayo: “La tragedia del desarrollo”, un trabajo relacionado con la obra literaria Fausto.
En la sección de artículos, tenemos: “La mafia es la mafia” Por: Rita Lucas Fernández, “La Libertad del hombre actual” Por: Luz Yunuen Caballero Bautista y por último: “La horca para nadie” Por: Víctor Corcoba Herrero.
También la revista completa su edición con las secciones de Reseña de libros y últimamente con la creación de un blog literario llamado “Una voz en el abismo”, donde se expondrán artículos literarios y de opinión.
A todo esto, no hace más falta que invitarlo a disfrutar una vez más de esta nueva publicación digital que ha sido creada única y exclusivamente para usted.

Revista Literaria Remolinos
http://es.geocities.com/revista_remolinos


martes, 28 de noviembre de 2006

Cómo ser un pésimo escritor (y estar a punto de morir en el intento)








Por: Juan José Sandoval Zapata




Publicado en Letras.s5.com










Ante todo, para ser escritor hay que tener “los huevos bien puestos”. Digo esto no por mencionar un par de objetos ovalados incrustados entre las piernas. Porque ya en estas épocas de igualdad de género, cualquier mujer tiene más “huevos” que un hombre común en el Perú, lo que podría generar la idea que las peruanas tienen más cojones que los peruanos, tema que se ha demostrado a lo largo de la historia.
Entonces, después de verificar que uno tiene los cojones necesarios para asumir la responsabilidad, es necesario consultarlo por uno o dos años con la almohada. (Puede que nos podamos extender hasta el quinquenio sin obtener respuesta.) Luego, cuando uno es consciente en sí mismo que podrá soportar todo el peso de la gravedad, necesitamos contárselo a los padres. Porque, ojo, estamos hablando del descubrimiento de una vocación, a temprana edad, claro. No como yo y muchos otros que comenzaron a leer libros pasado los veinte años, cosa que es algo vergonzoso aceptar, pero que debemos recalcar porque, ante todo, para ser un pésimo escritor es necesario rechazar todo tipo de libro. Peor si estamos hablando de los libros de los amigos, pues ellos no están embarcados en el serio proyecto de sumergirse en la mediocridad de la literatura.
Tras haber convencido a los padres de que uno se hará escritor, también debemos explicarles que uno prescindirá de ingresos monetarios por una década. Quizá más, según sea el caso de escritor que se desee asumir por el resto de la vida. Pero debe quedar en claro que los padres tendrán que correr con los gastos vitales del joven artista hasta que éste se consolide: aprenda a cobrar honorarios, establecer tarifas de propiedad intelectual, ofrecer conferencias de alto impacto y manejar las controversias públicas con la mejor sonrisa.
Con el pasar de los años, uno se dará cuenta que el oficio del escritor no está escrito en ningún lado. Así uno recorra facultades, escuelas, escritores consagrados (al alcohol), lleve maestrías, diplomados, tertulias financiadas con la chequera de algún tío intelectual. Así uno compre colecciones completas de teoría narrativa, todo será en vano: el ser un pésimo escritor involucra un compromiso con la ociosidad, con el desgano y un amor pasionero por el control remoto de la tv, con el cine y el vídeo, con la música, el rock, el jazz y la salsa dura. Ser un mal escritor nace de la posibilidad del fracaso, pero un pésimo escritor encarna el fracaso completo, la senda del perdedor es un don de Dios, y como todo don es único.
El socializar en la comunidad literaria también es un paso obligatorio. Un mal escritor frecuenta los bares más fétidos de la ciudad, los pésimos nadan en los urinarios. (Un buen escritor se va a su casa a dormir.) Conocer a los escritores de la misma edad es una estación inmediata. Algunos tendrán envidia, otros se enamorarán con gracia de cómo un pésimo escritor lleva tan bien sus uñas. Otros querrán solamente no sentirse tan solos y son capaces de pagar la edición completa de tu libro. Es necesario conocer a todos, uno por uno, descubrir sus bajezas, sus adicciones, tomar el nombre completo de sus hijos, de sus ex parejas y a la vez registrar a sus amantes, para luego denunciarlos en recitales poéticos.
Ya habiendo conocido la fauna de una generación, cualquiera que sea, preservar el bajo nivel narrativo sólo se logra con la distancia total del circuito público. Antes de esto, será necesario ensuciar las actividades literarias con abruptas participaciones en mesas intelectuales, apelando al estado de ebriedad como bandera discursiva. Insultar a los que no están, soltar todos los nombres que uno sabe. Y luego huir antes de que lo maten a uno.
Si la ciudad es demasiado pequeña para soportar la presencia de la competencia, ya sea porque mal aspecto, o por repudio, lo mejor sería abandonarla. El Perú ofrece una variedad de escondites por todo el territorio. Si uno está intoxicado de la mala noche, el clima serrano ayuda. Si uno, más bien, es puro y santo, pero está dispuesto a malograrse por una temporada, la selva es lo mejor. Luego están las playas, incluso los desiertos. Todo es bueno para el autoexilio.
Publicar el primer libro también es imprescindible para tentar el fracaso. Uno puede juntar un poco de dinero y mandar a imprimir en cualquier imprenta pequeña del centro de la ciudad. Consumado el acto, mucho más fácil será buscar dónde presentarlo. Hay muchos bares y cafés en la ciudad dispuestos a cobijar veinte minutos de fama. Los reciben con los brazos abiertos y les ponen a disposición pequeñas campañas publicitarias para celebrar la salida de la obra debut. Si falta presentador, saldrá todo tipo de intelectual con su currículo bajo el brazo, dispuestos a lanzar palabras de elogio a cambio de unas monedas y una buena borrachera. El ingreso libre del local garantizará un lleno total siempre y cuando el trago de honor sea gratis.
La prensa también juega un rol importante. En necesario buscarlos a sus redacciones, sacarlos del estrés e invitarles un café. Si la charla se acompaña con alcohol, incluso alguna droga fina, mejor aún. La inversión garantizará una reseña mesurada e informativa, dando presagios de que una futura estrella está por brillar. Cuestión de tiempo, dirán. Pronto, pronto habrá poesía.
Si después de agotar la edición del primer libro a uno le quedan ahorros, lo mejor será improvisar un segundo título. Si no alcanza el tiempo para corregirlo no importa. Priorice la fotografía de solapa. No hay peor escritor que el que muestra la mejor foto. Algunos se darán cuenta que fue una decisión apresurada, pero el grueso que acudió a la primera presentación, y que nunca olvidarán la descomunal borrachera que se tiraron, sabrán defenderlo entre los comentarios urbanos.
Ahora, si los ahorros nunca existieron, los libros del primer hablar van siendo almorzados por las polillas debajo de la cama, lo mejor será regalarlos en peso. Las bibliotecas públicas son los mejores cementerios. Llene su formulario y done unos cinco ejemplares. Las musarañas del olvido se lo agradecerán.
Otra forma de agotar la edición es visitando colegios, presentarse en los salones de secundaria y hablarles de todos los autores que nunca se ha leído. Mientras más desconocidos para ellos, será mejor. Cautivará más a su público y finalmente logrará vender no más de treinta libros en una sola tarde. Negocio redondo. Eso sí, prometa nunca más volver a la misma escuela. Pues el truco funciona más que una sola vez.
Si es que ya se han agotado las posibilidades de volver a publicar, ya sea porque los padres quebraron financieramente, ya sea porque ningún editor estaría dispuesto a manchar su nombre junto al de uno, ya sea porque el ambiente literario lo detesta, repudia e ignora deportivamente, o porque los problemas con la legalidad se hacen cada vez más evidentes, lo mejor será buscar una beca. Las oportunidades de escapar están botadas en las embajadas. Entonces, ya es cuestión de definir una postura política y ver si a uno le conviene el socialismo brasilero, o la libertinaje de Tijuana, o si el viejo continente es el mejor camino al desarrollo, aunque uno, lo único que quiera, es seguir aferrado a ver televisión y escuchar música fuera de época.
Obtenida la beca, lo mejor será salir cuanto antes. Llevar pocas maletas y recuerdos. Dejar todo lo hecho o arrojarlo al tacho: la poesía, los cuentos, lo vivido. Disfrute de su estancia lejos de esta herida llamada Perú, no busque a ningún compatriota, ni menos compartir penas con algún colega de la misma edad. Vaya por el mundo, pensando que todo lo hecho, hecho está, y siga para delante.

viernes, 24 de noviembre de 2006

ANATOMÍA DE UN VACÍO y Las nuevas formas de edición

Anatomía de un vacío
Paolo Astorga 2006



Hace unos días, publiqué el libro de poesía Anatomía de un vacío, bajo el sello editorial de Lulu, una editorial cuyo sistema de edición de libros a pedido, es una grandiosa solución para aquello autores que no cuentan con los recursos necesarios para costear sus obras en una editorial convencional.
El autor puede autoeditar su libro de una manera sencilla, práctica,y sobre todo fácilmente. Sólo es necesario registrarse y luego seguir unos cuantos pasos (muy sencillos por cierto) como el de formato, contenido, tasarle un determinado precio y ¡zas! El producto final será una edición autoeditada lista para venderse a todo el mundo vía Internet. Este es un sistema muy conveniente, pues, sólo se producen los libros según la demanda, es decir, si hay dos compradores que han pedido su libro, la editorial se encargará de imprimir sólo esos dos libros. Esta acción, elimina por completo el exceso de material. El autor obtiene siempre una comisión por cada libro vendido o descargado.

Si desea más información al respecto, sólo ingrese a la editorial Lulu: http://www.lulu.com/
Si desea comprar el libro anatomía de un vacío sólo haga clic aquí

LOS GALLINAZOS SIN PLUMAS(MÁS ALLÁ DE LA CIUDAD)




Por Paolo Astorga





Es más que una simple regla para cualquier escritor urbanista, quedar asombrado con la majestuosa obra literaria de Julio Ramón Ribeyro en su carrera de Narrador. Él llegó a escribir muy buenas novelas, pero su poder artístico radica en ese deseo de hacer nuestras experiencias breves un estilo de vida, es allí que es más conocida su producción cuentística que deja de lado cualquier falta de sensibilidad y más bien recrea un mundo a partir de una realidad —y un tiempo— que aún late: La ciudad.
Los primeros cuentos de Ribeyro “Los Gallinazos sin Plumas” publicados en 1955, nos demuestra claramente a unos personajes totalmente marginados por la sociedad. Nos demuestra la no integración de los individuos y aún más el dolor y la miseria de haber nacido en una ciudad donde lo único que importa es cuidar las apariencias económicas.
Pero la verdadera amplitud de este libro se centra en la explotación del ser humano, desde este esbozo primario, empiezan a nacer otros temas mayores como la marginación, la miseria y también la hipocresía social que avienta a los que viven en la miseria a ser parte injusta de un tipo de esclavitud urbana.
Ribeyro nos describe la vida diaria de estos personajes relegados, como es el caso del cuento que le ciñe el título al libro: “Los Gallinazos sin Plumas”, la inocencia y la miseria forman parte del enemigo más grande de todo ser humano libre: La explotación.
En este cuento se puede observar que los personajes principales: Los hermanos Enrique y Efraín, dos niños, son obligados por Don Santos su abuelo para que traigan desperdicios del basurero para alimentar a su cerdo llamado Pascual.
En los demás cuentos el deseo por salir de la miseria se vuelve una frustración, pero esa frustración se hace más grande aún cuando se cae en una pronta miseria, como se puede observar en el cuento “Junta de Acreedores”. Aquí se observa de una manera magistral la frustración de Roberto por no tener dinero para pagar a sus acreedores. Pero el cuento no sólo gira a través de ese tema, hay un gran conflicto familiar entre Roberto, su esposa y su hijo. Esto genera en Roberto una mayor frustración, una gran sensación de derrota total y que deja por los suelos la superación.
Julio Ramón Ribeyro, pues, nos demuestra fehacientemente que no sólo es un narrador urbano, sino que se desprende de la ciudad, de las avenidas y los cuartos de hotel, de los grandes cúmulos de basura y las casonas de quincha y adobe, para desnudar con un deslumbrante estilo la verdadera sicología de sus personajes, y esa contradicción social que aún en este tiempo donde la igualdad es un derecho indiscutible, existe, y no tan alejado de nosotros, sino miremos nuestras esquinas.

HALLAZGO: Carlos Guevara en Campo y otros poemas





Escribe Paolo Astorga





Hace poco tiempo mientras caminaba nuevamente por Amazonas (cámara popular de libros de segunda, tercera, cuarta, quinta mano, etc.), encontré una recopilación de libros del poeta peruano de la generación del 80, Carlos Guevara. El libro titulado "Campo y otros poemas" (Lluvia editores 1989) , es una muestra poética donde se extraen poemas de los libros: Cerrando Postigos (1982), Campo (1985) e Historia (1987), los dos últimos libros mencionados se hicieron merecedores del Premio de la Municipalidad de Lima (versión 1983) y a una mención en el concurso literario Julio Cortázar de argentina (1984), cerrado la edición con una breve selección de poemas del libro Colinas en la sombra, el cual fue finalista del premio COPE-Poesía de 1986.
Los poemas de Guevara en sí demuestran un gran estilo en lo concerniente a imágenes y alusiones a los instantes, pero con un toque de escepticismo que revela lo paradójico de dichos momentos. Una explícita sentencia está en un fragmento que pertenece al poema "La Noche que ha maravillado..." del poemario "Cerrando los postigos": "Las palabras suelen olvidarse, sólo queda / la frustración de no haber podido crear más allá / de fugacidades y desesperanzas."
Más adelante en el libro, encontramos una tendencia más abstracta de lo que denominamos, instantes. Los poemas de "Campo" demuestran una poesía del firmamento, un estado místico entre el hombre y el universo. La mayoría de los poemas son de formato corto, pero en esas instantáneas, se logra vislumbrar la imagen certera e imperfecta de aquel hombre que busca preservar incansablemente los objetos amados. El poema "Música", nos describe esta condición: Sobre mis manos el polvo universal / y el cielo de un presente que se deshace. También encontramos, en el poema "Campo" una visión decepcionada, pero existencial de una pareja, que bien podría ser una apología a las relaciones Shakespirianas, las cuales se reflejan en este fragmento: "Una pareja corre en la mañana, y con niebla que es lo que / vale. / Sus cuerpos son formas de cariño hacia atrás."
En los poemas de "Historia" Carlos Guevara, nos demuestra que los procesos históricos son poesía. Hay una temática híbrida de lo oculto, lo retórico, lo místico y hasta lo concreto.
Y la última parte de la selección, "Colinas en la sombra", nos muestra a un Guevara maduro, con una poesía que transita ya por la temática general ochentera (quiero decir: la calle, la ciudad, la violencia, el desenfado, el heavy metal, etc.), quiero citar el siguiente fragmento para aclarar lo que digo: El hotel, al final, / la bruma de una habitación / el perro negro de la noche.
Es así como se demuestra la calidad de este poeta, su poesía que nos hace contemplar paulatinamente la transformación estilística y temática de un arte que a mi parecer, combina una contemplación exhaustiva del espacio, con la realidad existencial, para crear un producto literario que nos deja una sutil reflexión con cada lectura, y a veces un sabor ha tiempo desperdiciado.

jueves, 23 de noviembre de 2006

“El amor y la muerte, Polvo que une”




escribe Paolo Astorga





Nada más lúdico que el amor, nada más propenso a las dudas, a lo extremo, a lo incomprensible y hasta a la locura eterna como el amor. ¿Es acaso el amor un sentimiento tan débil a desvirtualizarse, a mancharse de mundo, de soledad, de dolor de existencia, para que tenga que madurar en la muerte, para que su fin termine en lo vertiginoso de un acantilado oscuro, donde la luz sólo nos vuelve más hostiles, más decididos a mostrarnos ciegos?

Polvo que une (Premio Leopoldo Panero 1974) de la poeta argentina María Julia de Ruschi Crespo, relaciona de alguna manera esta gran interrogante haciendo de ella una lírica que juega con sus propios abismos, sus propias dudas, hasta terminar en un yo dentro del tú, un yo poético que se va adentrando al olvido de la carne, del sueño, y hasta del mismo olvido: echemos tierra sobre sus cenizas / y retirémonos sin dejar rastro. Pero también entre un diálogo la palabra que se da de golpe con su esencia, el estupor del artista, del poeta que tiene que ver lo que otros no quieren ver: y con qué espanto mueren los animales / y con qué espanto / deseo vivir.

La vida, es sólo una oportunidad, la palabra, una eterna frustración para el creador que sólo encuentra un deseo por no observar la realidad, lo que nos retiene o nos mueve, la palabra encarcelada en la palabra y la acción de cerrarnos a la esencia, al verbo más elemental, la redención en la poesía que es sólo una utopía soñada: y entonces les cerramos / los ojos / y bajo sus párpados / queda / ciega / nuestra palabra.

María Julia, demuestra una poesía que muchas veces se da de lleno con la naturaleza del terror, con la misma vida fatal, que en ocasiones, hace del ser humano un fugitivo, una sombra esquiva en busca de una salida, la salida más rápida que se pueda tentar: comenzó a mirarme / comenzaron a mirarme y devorarme todas las cosas // y me puse mi máscara. También, la poeta logra ver cómo la muerte entrega un percepción de la naturaleza diferente: la muerte / incita a las flores a la voracidad.

La poesía se transforma en víctima de las palabras y viceversa. La poesía amamanta un nuevo sentimiento, una nueva y feroz percepción de la expresión, donde la poeta se ve atrapada en cada verso, en el mundo, y las imágenes sucias y sagradas, desgarradoras y a su vez hermosas, imponentes, aquellas que alzan un vuelo profundo hasta tocar la herida abierta del lector. La muerte es una mancha que la poeta debe de conocer, probar, compartir hasta entender lo que detrás existe: lo blanco / se ensucia con mi muerte / se ensucia con mi vida o tentando al mundo como un objeto perecible y débil ante la catarsis poética: un poema de amor es un animal feroz // el mundo es devorado por un poema.

La realidad es y no es. La muerte madura en vida y esa desesperación que une a la noche con la melancolía empuja a la poeta a vivir al borde del thanatos, intimar con una fuerza poética sosegada y a la vez fiera, desconocida. La violencia apuntando a la redención, quizás un mero acercamiento a la Divina Comedia de Dante Alighieri, un transito eterno que nos deja al final una esperanza, una idea que se esgrima en nuestras pupilas, y el silencio, y nuestras sombras, y el relámpago oscuro, únicos acompañantes a nuestro destino final: el amor, polvo que une.

EL ALQUIMISTA: UNA LEYENDA PERSONAL CONTEMPORÁNEA




Escribe Paolo Astorga


Hace algunos meses atrás volví a releer el libro majestuoso de Paulo Cohelo El Alquimista. Me di cuenta —Mucho mejor que a la primera lectura— que los nexos con el mundo espiritual y las relaciones entre Silencio-desierto, tienen en común un ideal, o como dice el Texto: “una leyenda personal”., un sentido simbólico en nuestras vidas.
Fuera de estos aspectos técnicos —es decir el contexto donde el personaje principal es un pastor, y que la parte más interesante de la obra se contextualiza en un desierto— se puede definir a esta novela, como un testimonio fantástico, donde descifrar nuestros sueños, nuestros anhelos personales, se concretan muchas veces, entendiendo “el lenguaje del mundo” algo que el personaje principal descubre y enfatiza muchas veces dentro de la historia.
Dentro del contexto filosófico, el libro se transforma en una historia que podría conllevar al lector a sentir las pequeñas Señales que la vida nos tiene preparada a cada instante y que muchas veces No somos capaces de verlas. En lo central de esta novela, Cohelo muestra en sí una quimera, una fantasía hecha novela —A los Alquimistas, la piedra filosofal, el santo grial, etc.— pero agregándoles realidad, de tal forma que el lector pueda entender la profundidad filosófica del libro de un modo práctico (Una de las enseñanzas más grandes del libro, creo yo, es el progresivo entender de todo aquello que nos pasa y la percepción de las “señales” como una voz que nos muestra el camino). Claro que en mi posición yo interpreto esa palabrita que se repite en casi todo el libro Maktub (Escrito está) no como una sentencia de lo que supuestamente ya esta predeterminado, sino, como una meta ¿Cuál? La leyenda personal, nuestro tesoro o la felicidad como dicen los locos como yo.
En consecuencia, El Alquimista, es mucho más que una novela —y creo que el valor agregado está en mostrarnos simbólicamente, el sentido de la vida, y la relación que tenemos con las demás personas que nos rodean— las verdades de ese libro muchas veces demuestran la orientalidad del mismo, la cadencia material, el mundo interior, que en algunos textos —fantásticos por cierto— trata de darnos a entender cierto egocentrismo, lo cual repercute en el destino de Santiago el personaje central.