jueves, 23 de noviembre de 2006

EL ALQUIMISTA: UNA LEYENDA PERSONAL CONTEMPORÁNEA




Escribe Paolo Astorga


Hace algunos meses atrás volví a releer el libro majestuoso de Paulo Cohelo El Alquimista. Me di cuenta —Mucho mejor que a la primera lectura— que los nexos con el mundo espiritual y las relaciones entre Silencio-desierto, tienen en común un ideal, o como dice el Texto: “una leyenda personal”., un sentido simbólico en nuestras vidas.
Fuera de estos aspectos técnicos —es decir el contexto donde el personaje principal es un pastor, y que la parte más interesante de la obra se contextualiza en un desierto— se puede definir a esta novela, como un testimonio fantástico, donde descifrar nuestros sueños, nuestros anhelos personales, se concretan muchas veces, entendiendo “el lenguaje del mundo” algo que el personaje principal descubre y enfatiza muchas veces dentro de la historia.
Dentro del contexto filosófico, el libro se transforma en una historia que podría conllevar al lector a sentir las pequeñas Señales que la vida nos tiene preparada a cada instante y que muchas veces No somos capaces de verlas. En lo central de esta novela, Cohelo muestra en sí una quimera, una fantasía hecha novela —A los Alquimistas, la piedra filosofal, el santo grial, etc.— pero agregándoles realidad, de tal forma que el lector pueda entender la profundidad filosófica del libro de un modo práctico (Una de las enseñanzas más grandes del libro, creo yo, es el progresivo entender de todo aquello que nos pasa y la percepción de las “señales” como una voz que nos muestra el camino). Claro que en mi posición yo interpreto esa palabrita que se repite en casi todo el libro Maktub (Escrito está) no como una sentencia de lo que supuestamente ya esta predeterminado, sino, como una meta ¿Cuál? La leyenda personal, nuestro tesoro o la felicidad como dicen los locos como yo.
En consecuencia, El Alquimista, es mucho más que una novela —y creo que el valor agregado está en mostrarnos simbólicamente, el sentido de la vida, y la relación que tenemos con las demás personas que nos rodean— las verdades de ese libro muchas veces demuestran la orientalidad del mismo, la cadencia material, el mundo interior, que en algunos textos —fantásticos por cierto— trata de darnos a entender cierto egocentrismo, lo cual repercute en el destino de Santiago el personaje central.

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