jueves, 13 de septiembre de 2007

Poema de Paolo Astorga


ENTRAÑAS


Hierve una estrella en sus piernas desconocidas
y nadie, nadie
la consuela entre la lluvia.
Extraños son los muros que pueden desnudar tu rostro desde esta
falsa avenida,
inútiles promesas que rodean el espíritu de una rata atropellada
por su sombra.
Nadie
se ha fijado en tus huellas.
Siempre una muerte elegante
siempre un tiburón levantándote la falda
mientras huyo de tus ojos,
y en mi vientre
se ahogan todas las palabras.
Un signo
una señal
se derrama entre un coro de bocinas
donde hay un hombre que recolecta sus sueños
buscando incansablemente entre la basura
una luz interminable.

1 comentario:

Basquiat dijo...

del hallar insuficiente y el buscar interminable.