viernes, 16 de marzo de 2007

Dos Poemas de Paolo Astorga



LA CIUDAD FANTASMA


Sólo encuentras aquí carne
un amargo trozo de carne que se ofrece sobre troncos secos
y llora mientras ríe
mientras su cartera se llena
y sus ojos se hunden en los ceniceros.
Sentías que tu cuerpo tenía un nombre
pero aquí no había más que caminos enrejados e infinitas faldas,
aquí sólo viste espejos esparcidos al azar,
miles de ratas lastimándote los ojos.
Calles invisibles, ciudades fantasmas clavando tus espaldas.
Sólo recuerdos que se erigen sobre la farsante alegría
que brota de las paredes, una bola de estambre que se mancha de sangre
una historia frustrada que recorre tus manos frías,
tus pies disueltos en el alcohol de un tibio vaso de cerveza
mientras ya no es un trozo de carne lo que encuentras,
sino simples sombras,
simples sombras que se van con tu cuerpo
muriendo sobre la mano que se entrega
a una palabra mutilada por la nieve.

De: Anatomía de un vacío






HÁBITAD


Había una salvaje envestida de violencia
cuando abría los ojos
y miraba la acera muerta
totalmente roja y abrupta,
un silencio que rugía en nuestros hombros
debajo de las horas de la infancia
mientras mi abuelo era pateado por un oficial ebrio
y no podía abrir su boca
embarrada de tristeza
sangre.
Nadie tocaba nuestra piel derretida bajo el sol de la ciudad.
Sólo la acera estéril humeando en nuestros labios
recordaba la sangre derramada entre las nubes,
nuestra casa apedreada por suicidas.
El hambre agonizaba sobre el sombrero vacío de mi abuelo
mientras tocaba su viejo violín
y el mundo se detenía
para olvidarlo sobre aquella pared que empezaba a pudrirse
como una sombra.

De: Rehenes del silencio (inédito)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Uhmn...me gusta esas imagenes de la ciudad, fragmentadas con la aunsencia y el vacio.

Trae a la memoria muchas cosas...

Saludos Paolo!!

Larva ♓ dijo...

Eres bueno!