martes, 19 de febrero de 2008

Todo sea por amor


Por Moisés Sánchez Franco



A veces como un testimonio de las sensaciones más elevadas, a veces como un relato de una historia mágica, desventurada, violenta, pero a su vez inolvidable, el amor ha logrado cristalizarse, en sus diversos rostros, en numerosas obras de la literatura occidental. He aquí una caprichosa selección de diez grandes amores que se han convertido en paradigmas y fuentes de inspiración para poetas, músicos, cineastas y amantes:

1) ORFEO Y EURÍDICE
Entre los mitos griegos destaca el del cantante y citarista Orfeo, que descendió hasta el mundo de los muertos por su amada Eurídice. Hades, dios de los infiernos, decide entregarle a la bella náyade con la condición de que durante el viaje al mundo superior no la mire. En un momento aciago del retorno, Orfeo duda de que Eurídice lo esté siguiendo. Cuando volvió la mirada, perdió para siempre a su amada esposa.

2) HELENA Y PARIS
Nunca más en la historia de la literatura la pasión desbocada por una mujer originó una trascendental guerra. Paris, el hermoso príncipe de Troya, secuestra a Helena, la mujer más bella de Grecia y esposa de Menelao. Este hecho origina la célebre Guerra de Troya. En la Ilíada, Homero retrata a Helena como un ser que se debate entre el amor a su secuestrador y el recuerdo de su esposo. No obstante, la tradición ha preferido la versión de una Helena y de un Paris que sostienen su amor ilícito en medio del estruendo de la batalla más famosa de todos los tiempos.

3) CATULO Y LESBIA
El romano Catulo es el cantor del desengaño amoroso por excelencia. Catulo sentía una fascinación por Clodia, una mujer casada. Para homenajear la cultura de su amada, Catulo la llamó en sus poemas "Lesbia", que refería a Lesbos (patria de Safo). Pero la pasión del poeta terminará abruptamente al comprobar el carácter ninfómano de su amada. Así un dolido Catulo despotrica: "que (Lesbia) viva y lo pase bien con sus amantes, /esos trescientos que estrecha a la vez en sus brazos".

4) TRISTÁN E ISOLDA
La historia de Tristán e Isolda es la leyenda de amor más grande del Medioevo. Marc, rey de Cornualles, envía al fiel Tristán a pedir la mano de la princesa irlandesa Isolda. En el viaje de retorno a Cornualles, Tristán e Isolda beben por casualidad una poción mágica que condena a quienes la toman a amarse por siempre. Su descontrolado amor, como era de esperarse, ofende al rey Marc y provoca una serie de hechos desafortunados. Con el tiempo, el rey perdona a Isolda y le ordena a Tristán que se aleje de su reino. Pero la pareja nunca deja de amarse. En su lecho de agonía, Tristán pide la presencia de su amada, quien lamentablemente llega tarde. Devastada por el dolor, Isolda abraza el cadáver de Tristán, lo besa y no tarda en morir para unirse definitivamente con su amado.

5) CALISTO Y MELIBEA
En la saga de los amores desgraciados destaca la obra de Fernando de Rojas Tragicomedia de Calisto y Melibea (1499), conocida popularmente como La Celestina. Calisto es un joven de origen noble y Melibea una joven rica y serena. Luego de sufrir el rechazo de Melibea, Calisto recurre a los servicios mágicos de Celestina, quien logra convencer a la bella joven. Las malas artes de Celestina provocan una serie de sucesos violentos que derivan en la muerte de Calisto. Al enterarse de este hecho, Melibea se suicida arrojándose desde una torre ante la mirada despavorida de su padre.

6) ROMEO Y JULIETA
Cuando acaba el siglo XVI se difunde la famosa tragedia Romeo y Julieta, donde se relata el desgraciado pero devoto amor del apasionado Romeo Montesco por la candorosa Julieta Capuleto. Shakespeare, con su lenguaje culterano, inmortalizó el drama de la pareja que intenta sobreponerse con pasión a los conflictos familiares. Al final de la obra, un desesperado Romeo, creyendo a su amada muerta, bebe de una copa envenenada y Julieta, al encontrar el cadáver de su amado, se hiere mortalmente con una daga.

7) WERTHER Y CARLOTA
Si el romanticismo tiene una figura paradigmática del amor, es el protagonista de la novela epistolar Werther (1776) de Goethe. El texto relata el amor desdichado del joven Werther por Carlota, una joven comprometida. Imposibilitado de declarar su amor y profundamente desesperado, Werther se mata de un disparo. Esta gran novela, como era de esperarse, causó gran sensación y provocó en los lectores amantes del siglo XVIII una ola irrefrenable de suicidios.

8) JUAN PABLO CASTEL Y MARÍA IRIBARNE
La soledad díscola de las relaciones amorosas modernas quedó encarnada en el romance tormentoso del pintor Juan Pablo Castel y la enigmática María Iribarne, protagonistas de El túnel (1948) de Ernesto Sabato. Castel y María sostienen un amor sórdido y signado por la incomunicación. Conforme avanza la relación, María se muestra cada vez más misteriosa y abyecta para el atormentado Castel, quien en un arrebato de locura termina matándola a cuchillazos.

9) LA MAGA Y OLIVEIRA
La Maga y Oliveira, protagonistas de Rayuela (1963) de Julio Cortázar, conforman la pareja símbolo del amor lúdico, intelectual y apasionado que redescubrió en París el lado metafísico de la cotidianidad. Mediante el erotismo, la reformulación del lenguaje y el ludismo, estos inolvidables amantes buscaron fusionar en su amor lo real y lo fantástico, lo intelectual con lo intuitivo. Sin embargo, el proyecto queda trunco debido a la muerte de Rocamadour (hijo de La Maga) y la partida definitiva de Oliveira a Buenos Aires.

10) FERMINA DAZA Y FLORENTINO ARIZA
El amor que se sobrepone a los avatares del tiempo encuentra una magnífica representación en el conmovedor romance de Fermina Daza y Florentino Ariza, protagonistas de El amor en los tiempos del cólera (1985) de Gabriel García Márquez. Esta pareja esperó por más de cinco décadas para concretar su romance. La novela tiene además el curioso encanto de celebrar los deleites voluptuosos de las parejas maduras.

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