martes, 3 de julio de 2007

Nabokov, treinta años después


Era ruso, se nacionalizó norteamericano y finalmente se afincó en Suiza, donde murió.


Agencias.


Nabokov y la portada de su libro. Después de ganarse la reverencia de la crítica y el público, Vladimir Nabokov murió hace treinta años (2 de julio), dejando tras de sí un puñado de obras maestras entre las que brilla un título que sigue siendo símbolo de las pasiones más inconfesables: Lolita.
"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía". Así comienza esa novela capital de la literatura que aúna a su destreza técnica una temática osada: la tórrida obsesión de un hombre por la menor que da nombre al libro publicado en 1955.
Un personaje que también ha servido para bautizar popularmente como "lolitas" a esas adolescentes cuya mezcla de candor infantil y sensualidad adulta encarnó Sue Lyon en la película dirigida por Stanley Kubrick en 1962.
El filme tuvo que superar múltiples trabas con la censura propia del puritanismo de aquellas fechas, que impidió a Nabokov publicar por primera vez Lolita en EEUU, el país que había acogido quince años antes al autor ruso cuando huía de la Europa devastada por el nazismo.
Tras ser rechazado el manuscrito por cinco editoriales estadounidenses, Lolita fue publicada finalmente por una editorial francesa, Olympia Press, especializada en literatura erótica.
Nacido en San Petersburgo el 10 de abril de 1899 en una familia aristocrática, recibió una educación esmerada. El estallido de la revolución bolchevique de 1917 obligó a la familia al exilio en el Reino Unido, donde el joven Nabokov se licenció en Literatura Inglesa por la Universidad de Cambridge.
La actriz Dominique Swain encarna en un filme a la sensual y controvertida adolescente.Después de trasladarse a Alemania, también se interesó por la filología alemana y la zoología. Sin embargo, la vida de Nabokov en aquella Europa acechada por los conflictos y las tensiones sociopolíticas no fue nada fácil. El 22 de marzo de 1922, su padre, que había fundado un periódico liberal dirigido a los exiliados rusos en Berlín, fue asesinado.
Nabokov, quien se pagaba sus estudios universitarios con sus clases particulares como profesor de idiomas y sus traducciones, había dado sus primeros pasos literarios en la capital alemana, donde escribió en ruso poemas simbolistas –con el seudónimo de Vladimir Sirin–, cuentos y varias novelas cortas.
También en Berlín ocurriría en 1925 otro hecho clave en su vida, cuando en un baile de máscaras conoció a Vera Slonin, una compatriota de origen judío y también de ascendencia aristocrática que acabaría siendo la mujer de su vida.
El matrimonio se celebró cuando el nazismo iniciaba su ascenso en Alemania, por lo que, ante el temor de que Vera pudiera ser perseguida, se embarcó hacia Estados Unidos en 1940. Nabokov tenía ya una carrera literaria en ruso.
Al llegar a EEUU, los Nabokov se nacionalizaron norteamericanos y él abrió una nueva etapa literaria en inglés, idioma que manejó desde el principio con rara perfección y al que transformó en "algo que, por su cadencia, su melodía y su flexibilidad, jamás había sido antes", según Slonin.
La verdadera vida de Sebastian Knight (1941) fue su primer título en la lengua de Shakespeare.
Le siguieron Barra siniestra (1947) y Lolita (1955), su obra más famosa y polémica aún en pleno siglo XXI.
Después de alcanzar la fama, Nabokov recuperó dos viejas pasiones: el estudio de las mariposas y el ajedrez, que aún seguía cultivando cuando lo sorprendió la muerte en Montreux el 2 de julio de 1977.

2 comentarios:

Gonzalo Del Rosario dijo...

"Lolita" tiene ese extraño erotismo que no cualquiera puede disfrutar.
Sinceramente me tomó mucho tiempo el terminarla (como todos las obras que empiezo a leer en invierno).
Al final me alucinó demasiado ya que por aquellas épocas había conocido a una chibola a la cual visualicé mientras leía dicha novela.
Me identifiqué, y lo sigo haciendo, con Humbert Humbert, porque esa niña aún sigue rondando por ahí.

lys dijo...

He llegado hasta tu blog buscando un poema de Nabokov y me he llevado una grata sorpresa, soy admiradora de Nabokov y aunque tengo varias novelas suyas no tengo ninguna poesía y encuentro muy difícil encontrarla.

Tu también eres poeta y según he leído con una sensibilidad que me llega. Me he bajado tu ANATONÍA DE UN VACÍO la leeré en los ratitos que tengo.

Un saludo desde el sur de España